Hoy ha venido a mi
oficina un señor, en principio, uno de tantos clientes que entran a la sucursal.
Tendría unos setenta años. Se ha acercado sonriendo, me ha dado los buenos días
y me ha preguntado cómo estaba. Era la primera vez que nos veíamos, no nos conocíamos.
Me ha entregado su
libreta porque quería sacar dinero de su cuenta. Cuando la he abierto, ha caído
un papel de dentro. Era una fotocopia de un DNI de los de antes.
-
Caballero,
llevaba aquí este DNI- le he dicho, mientras se lo devolvía.
-
Sí, es
mi mujer, la persona que más quiero en este mundo.
Me ha enternecido
tanto su comentario, que he debido poner cara de corderete, porque ha
continuado diciéndome:
-
Y cada año
que pasa, la quiero más todavía.
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