jueves, 30 de agosto de 2012

Pastel de pan bimbo



  Se acerca el final del verano y no me gustaría despedirlo sin dejaros otra receta ideal para estos meses de calor. Es sencillísima, ni siquiera hay que encender el fuego, y además, es de interpretación libre, puedes ponerle casi cualquier ingrediente que está igual de buena, jejeje.

  Yo le llamo “pastel de pan Bimbo” y también me la enseñó mi madre, aunque en esta ocasión creo que a ella no se la enseñó nadie, sino que se la inventó un día en que no sabía qué hacer con media bolsa de pan de molde que se iba a estropear en cuestión de días…

  Los ingredientes son los siguientes:
  • 6 rebanadas de pan Bimbo
  • 2 ó 3 tomates naturales
  • 1 lata de atún
  • Unas cucharadas de mayonesa
  • Lechuga
  • Jamón york
  • Jamón serrano, queso en daditos, huevo duro o cualquier otro ingrediente que nos apetezca ponerle

  Colocamos 2 rebanadas de pan de molde sobre una fuente o plato llano. Rallamos los tomates y les añadimos una pizca de sal. Cubrimos las rebanadas con una tercera parte de la ralladura de tomate. Repartimos un poco de mayonesa y atún por encima y colocamos otras 2 rebanadas de pan… y repetimos la jugada: ralladura de tomate, mayonesa y atún. Así hasta 3 veces…
  Hemos conseguido una especie de torre de pan de molde y sobre ella vamos a colocar el resto de ingredientes: jamón york y jamón serrano en tiras, unos daditos de queso, huevo cocido…  Adornamos con la lechuga bien lavada y cortada y ya tenemos lista una cena fresquita, fácil y rápida de preparar.

  Recomendación: nuestro pastel está mucho más rico si lo dejamos en la nevera el día anterior, tapado con un recipiente o film de cocina. Así el tomate empapa bien el pan y queda mucho más jugoso. En este caso, lo dejaríamos todo montado excepto la lechuga, que colocaríamos en el momento de ir a comérnoslo.
 
 

viernes, 17 de agosto de 2012

Caffé Nero

Foto de Pablo Maestro, de nuestro viaje a Londres

  Decidió encender un cigarrillo. Era como un pequeño ritual cuando se sentaba a tomar un café en aquellos tiempos en que todavía era posible fumar en los bares. Miró hacia la calle, sin fijarse en nada en concreto, el ir y venir de los transeúntes la relajaba, el bullicio parecía lejano, como si no fuera con ella. Sólo cuando algún nuevo cliente abría la puerta del café, el jaleo invadía el local e interrumpía sus pensamientos. 

  A su espalda, escuchaba a una pareja hablar en español. Se giró sólo un segundo, no entendía una palabra de lo que decían, pero parecían felices, en un rincón, consultando un mapa y decidiendo entre caricias cuál sería su próxima parada en aquel día de turismo maratoniano.

  “Llega 20 minutos tarde”, pensó, empezando a impacientarse. Leo tenía esa maldita costumbre, siempre se retrasaba y eso la sacaba de quicio. Miró el reloj de la pared, leyó todas las variedades de café por cuarta vez, manoseó la llave que llevaba en su bolsillo, … Por fin, la puerta se abrió, levantó la cabeza y allí estaba él, guitarra en mano, pidiendo perdón con la mirada. No podía enfadarse, ni siquiera hacerle un pequeño reproche, aquel chico siempre conseguía arrancarle una sonrisa. Estaba más guapo que nunca, se había hecho algo en el pelo y llevaba puesta la camisa que le había regalado. 

  No lo había citado allí por casualidad. Tenía algo importante que decirle y quería que fuera en esa pequeña cafetería de Charing Cross Road donde se encontraron por primera vez. “¿Te gustaría venirte a vivir conmigo?” Sacó la llave del bolsillo y la puso sobre la mesa. Los ojos de Leo se abrieron más que nunca, llenos de ilusión. Se levantó, la abrazó tan fuerte que apenas podía respirar… esta vez, la espera había merecido la pena.



lunes, 13 de agosto de 2012

Felicidades!


  A Pablo Maestro le encanta dibujar, siempre le ha gustado, y se declara admirador de Stanley Chow.

  Stanley Chow es un ilustrador inglés residente en Londres que, aunque inicialmente se dedicó a la moda, desde hace unos años se ha especializado en dibujos y caricaturas vectoriales, con un estilo muy personal, especialmente en el tratamiento de los ojos.

  Los ojos del dragón es una novela de Stephen King que, a diferencia de la mayoría de sus obras, no trata el género del terror o suspense sino que transcurre en un lejano reino con magos, reyes, príncipes y dragones al modo de un cuento de hadas.
En muchas de las historias de Stephen King se percibe la enorme influencia de autores como H.P. Lovecraft, del que King era un gran seguidor.

  En 1926, Lovecraft publicó uno de sus más famosos escritos, Los Mitos de Cthulhu que, a su vez, ha servido de inspiración a varias bandas en el ámbito musical, como Metallica con su canción instrumental The Call of Ktulu. Metallica, ese conocidísimo grupo de rock creado en 1981, ha grabado hasta la fecha 9 álbumes de estudio y ha ganado 9 premios Grammy.

  No son 9 sino 10 las botellas que componen la original lámpara Campari, creada en 2002 por el diseñador Ingo Maurer, conocido como el poeta de la luz, iluminador de recuerdos.

  El recuerdo de un recuerdo es uno de los capítulos de la original serie “Hora de aventura”, protagonizada por Finn, un niño de 13 años, y Jake, un perro de 28, con poderes mágicos que viven en Ooo, un entorno lleno de personajes surrealistas y animales que hablan.

  Roger O. Thornill dice en un momento de la película Con la muerte en los talones que la "O" de su apellido no significa nada. Este largometraje de suspense está considerado como una de las mejores películas de su director, Alfred Hitchcock.


  Pablo Maestro y Alfred Hitchcock nacieron un día como hoy, un 13 de agosto.



martes, 7 de agosto de 2012

Hojaldre de espinacas


  En los últimos años, he descubierto en la cocina uno de mis nuevos hobbies. Me encanta poner un poco de música y preparar 2 ó 3 platos a la vez… algo para la comida, un bizcocho, algo de postre… no es que sea una experta chef ni que prepare platos como los de nuestras madres o abuelas, creo que para eso aún me queda mucho, pero paso un buen rato mientras cocino y me gustaría tener más tiempo a diario para dedicarle a preparar nuevos platos.

  Esta receta a lo “Popeye” es una de las primeras que aprendí a hacer y sigue siendo una de mis preferidas. Me la enseñó mi madre y, como es habitual en esto de cocinar, a ella a su vez también se la enseñaría alguien, aunque no recuerdo quién.
Es fácil de preparar aunque te lleva un ratito… pero está muy rica!!

  Los ingredientes que necesitas son:

* 2 láminas de hojaldre o masa quebrada
·         * 600 gr de espinacas
·         * 3 huevos
·         * 200 ml de nata
·         * Un diente de ajo
·         * 100 gr de bacon en tiras o dados

  Lo primero es cocer las espinacas, yo utilizo las congeladas, tardan unos 8 minutos. Las escurres bien y sofríes en una sartén con un poco de aceite y el diente de ajo astillado.
A continuación, añades el bacon y sofríes junto a las espinacas. Cuando esté hecho, añades los 3 huevos y añades un poquito de sal. Podemos guardar un poquito de huevo batido para untar al final el hojaldre por encima. Una vez estén cuajados, añades el brik de nata y cocinas unos minutitos más.

  Mientras tanto, puedes precalentar el horno a unos 200 e ir extendiendo una de las láminas de hojaldre sobre una fuente apta para el horno. La diferencia entre el hojaldre y la masa quebrada es que el hojaldre sube más, se infla. Yo suelo utilizar el fresco, comprado en cualquier super, aunque el del Lidl y Alcampo son los que más me gustan. Es muy práctico utilizar papel para horno, la bandeja apenas se mancha y se limpia mucho más fácil.

  Pones encima la mezcla cocinada, bien repartida por todo el hojaldre. Colocamos encima la otra lámina de hojaldre y cerramos presionando con un tenedor por todo el contorno. Untamos con un pincel un poco de huevo batido y metemos en el horno unos 20 minutos.

Variantes:  

  1. ·         Podemos añadir unas pasas al relleno. 
  2.             Para los vegetarianos, podemos sustituir el bacon por unas rodajas de rulo de cabra. Obviamente, nada tienen que ver estos ingredientes, pero el queso también le da un toque especial.
A comer!!

miércoles, 1 de agosto de 2012

Ola de calor


  "Protección civil ha activado la alerta naranja en la provincia", escuchaba a la presentadora del telediario mientras terminaba los últimos bocados de una cena ligera. No era necesario seguir escuchando, había sido un día de sofocante calor y no parecía que fuera a dar una tregua, ni siquiera de madrugada. Estaba seguro de que no iba a pegar ojo en toda la noche. Después de un día largo, duro, de muchísimo trabajo en la oficina, estaba cansado, pero esa mezcla de calma en el ambiente y altas temperaturas siempre le ponía de mal humor y no le permitía conciliar el sueño.

  Subió la persiana hasta arriba y abrió la ventana de par en par, una sensación de quietud se apoderaba de la calle. Se tumbó boca arriba en la cama y cerró los ojos. Aún albergaba una ínfima esperanza... comenzó a notar las piernas pegajosas y una gota de sudor se deslizaba lentamente por la espalda. Intentó algunos de sus trucos: conectó la radio, leyó unas páginas de la novela que descansaba sobre la mesita de noche, contó unas cuantas ovejas, 1, 2, 3, ... Tenía los ojos como platos, se levantó despacio, abrió la ventana de la cocina para crear un poco de corriente... sin éxito. Abrió todas las ventanas de la casa... tampoco ningún resultado. Se fijó en el edificio de enfrente, su vecino fumaba en el balcón intentando matar las horas de aquella noche interminable. 
  Otra vez tumbado, de lado, cabeza debajo de la almohada, incluso en diagonal... intentó pensar en cosas bonitas, una tranquila playa con palmeras, el sonido de las olas rompiendo en la orilla... hoy había discutido con uno de sus mejores clientes, tenía que tragarse su orgullo y llamarlo por la mañana para disculparse... a las 12 tenía una cita con su jefe... y hacia el mediodía había quedado con Clara, no podía faltar, le insinuó que tenía que contarle algunas novedades, pero no quiso entrar en detalles. ¿Serían malas noticias? Hacía tanto tiempo que no se habían sentado frente a frente a hablar que no tenía ni idea de qué podía. Quizá estaba embarazada, o la habían despedido... tenía tantas ganas de ser abuelo, que estaba dispuesto a dejar sus partidas de mus de los domingos por la tarde... Hoy no había mirado el buzón, últimamente ya no recibía nada interesante, alguna factura o catálogo publicitario... recordaba cuando esperaba ansioso la llegada de esa carta, contaba los días que habían pasado desde que había enviado su carta... eran otros tiempos, más calmados, en los que los pequeños detall....

  "Son las 7 de la mañana, miércoles 1 de agosto de 2012... " El despertador rompe el silencio del nuevo día. Definitivamente, hoy tendré que dormir una buena siesta...