viernes, 12 de octubre de 2012

Cinco palabras



Escuchó una música a lo lejos, era tarde y el sol se ponía en el horizonte. Su visita al cementerio se había alargado más de la cuenta, el tiempo pasaba volando en aquel camposanto solitario que invitaba a meditar y desconectar del bullicio de la ciudad. Se concentró en aquella melodía, dulce, rebelde, producto del despecho de algún autor desconocido. Miró en todas direcciones, se levantó del banco donde llevaba sentado ya unas horas, pero no vio nada, ni a nadie. Le resultaba familiar, se parecía mucho a esa bonita canción que ella le tarareó al oído tantas veces, en la intimidad. Entonces recordó que ella ya no estaba allí, el dolor atravesó su pecho como una bestia clavándole sus poderosas zarpas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario