domingo, 15 de julio de 2012

Los guerreros de Xian

He tomado prestada la foto de la web del Canal Isabel II
  Un día de primavera allá por 1974 tres campesinos chinos se encuentran cavando un pozo, cuando de repente, bajo sus pies, a 4 metros de profundidad, alguien les mira. Aunque el miedo casi paraliza sus músculos, comienzan a desenterrar lo que parece una figura humana y corren hacia la aldea para compartir el hallazgo con sus vecinos.
  Los más ancianos cuentan que no es la primera vez que ocurre algo así, que sus padres y abuelos habían encontrado también otras figuras, cabezas, brazos, muchas de ellas habían sido utilizadas durante años como utensilios o recipientes de agua. Pero cuando desenterraban un cuerpo completo, era un mal augurio, y lo colgaban de un árbol, lo apaleaban y lo hacían pedazos antes de volverlo a enterrar en más profundo de la tierra.


  Nunca podrían haber imaginado esos campesinos que estaban descubriendo uno de los tesoros más fascinantes escondidos bajo tierra: el Ejército de Terracota.

  2300 años antes, el emperador Qin Shi Huang, a la vez que empezaba a levantar los primeros tramos de la Gran Muralla, ordenó construir este impresionante ejército para que lo acompañase al Más Allá. Hasta ahora se han descubierto unas 8.000 figuras, pero todavía queda mucho trabajo por hacer. Los expertos estiman que puede haber entre 15.000 y 60.000 en total. Lo que hace todavía más increíble a estos “hombres” legendarios es que cada uno de ellos es diferente, tiene unos rasgos y características únicos, lo que hace pensar que probablemente estuvieran inspirados en personas que realmente existieron en aquella época. Además, todos ellos estaban pintados de vivos colores, pero los arqueólogos se encuentran con el problema de que, al contacto con el aire, el color se oxida y desaparece en unas horas si no se le da un tratamiento especial para conservarlo. Y no sólo había figuras humanas, cada una de ellas portaba su propia arma, arcos y flechas, espadas, corazas y lanzas, e iban acompañados de caballos y carros de bronce.
Se estima que para realizar este impresionante trabajo el emperador empleó alrededor de 725.000 personas.

  Este gran tesoro enterrado cerca de la región de Xian, en China, lleva años fascinándome. Espero no tener que esperar muchos más para poder ir a conocer en persona a estos guerreros que vencieron al tiempo.


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