viernes, 11 de octubre de 2013

La noche en vela (continuación)




La agente Smith le esperaba a pocos metros del café. 

—Bien hecho, Smith. Creo que lo tenemos. Cuando he salido detrás de ti, he visto cómo se levantaba y se dirigía hacia la trastienda. Es nuestra oportunidad. ¡Entremos!

El agente Malone llevaba años dedicado a la lucha contra el crimen en la ciudad. Desde que la Lea Seca entrara en vigor, Chicago se había convertido en la ciudad del crimen, donde las mafias campaban a sus anchas y el consumo de alcohol se había multiplicado por diez. La corrupción ejercía su autoridad y el Gobierno y la policía habían caído en la impotencia, la frustración y el desánimo. Por eso, Malone se sentía eufórico, triunfador. Se iba a apuntar un tanto a su favor.

Smith sacó su pistola, una Snith and weson del calibre 22, y entró de golpe en el bar. Apuntó al camarero y le pidió que se mantuviera quieto. Mientras Smith inmovilizaba y esposaba al joven camarero, Malone se introdujo sigiloso en la trastienda. Cruzó la pequeña estancia, corrió la cortina y …  

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