jueves, 1 de agosto de 2013

Todtnau, monte Feldberg y Alsacia

Hoy teníamos planeado visitar Alsacia, pero como nos ha gustado tanto la Selva Negra y nos han quedado algunas cosas por ver, decidimos hacer una ruta combinando ambas cosas… aunque nos demos una buena paliza para terminar.
Empezamos el día con un buen desayuno, como todos, aunque hoy hay bastante gente desayunando. Se nota que es fin de semana, porque estos días hemos estado nosotros solos. Cornelia nos invita a todos a una copa de vino rosado porque ha sido abuela. La pobre intenta explicárnoslo con toda su buena intención pero no la entendemos y, al final, una huésped de la mesa de al lado le echa una mano.

Cascada de Todtnau
Empezamos la ruta hacia Todtnau. Tardamos un buen rato, casi todo el camino es autovía, pero los últimos kilómetros son carretera de montaña y además, como es domingo, hay mucho tráfico. Nos cruzamos con una barbaridad de motos, parece que hay bastante afición aquí. Llegamos a un aparcamiento, dejamos el coche y a unos 500 metros por el sendero indicado, encontramos la cascada de Todtnau. Es realmente chula, el agua cae desde muy alto. Hacemos unas cuantas fotos y retomamos la ruta hacia el monte Feldberg. Hemos visto a lo lejos en la montaña lo que parece un Rodelbahn y cuando llegamos al pueblo de Todtnau nos lo encontramos de lleno. Pone que es el más grande de Alemania y no me extraña, porque no tiene nada que ver con el de Gutach. ¡Es enorme! No dudamos ni un segundo y paramos para subir. También allí mismo hacen descenso en bici y todos, bicis, trineos, y personas, subimos en un telesilla a lo alto de la montaña. Cuesta caro y hay cola, pero merece la pena subir tanto por las vistas como por la bajada en el Rodelbahn. Para los niños es imprescindible; para los adultos, también.



Aquí, la prueba del delito:






Vistas de la Selva Negra desde el monte Feldberg
Seguimos unos cuantos kilómetros hasta llegar al monte Feldberg, el más alto de la Selva Negra. Sacamos billete de subida en el funicular, la bajada la haremos andando. Llegamos arriba, hace fresquete pero el sol hace que no sea necesaria la chaqueta. Nos sentamos a contemplar las vistas y a comernos unos bocadillos que nos hemos subido. No creo que nunca me vuelva a comer un bocadillo de mortadela con queso en semejante entorno :) Las vistas te cortan las respiración. Abajo se ve el lago Feldsee, está bastante cerca si se quiere visitar. Damos una vuelta por lo alto del monte y empezamos a bajar. No tardamos más de 20 minutos en llegar al aparcamiento, pero es recomendable llevar buen calzado, el sendero está realmente empinado. Nos alegramos de haber subido en funicular, porque subir por ahí a pie tiene que ser durillo. 


Colmar
Cogemos el coche y empezamos el viaje a Alsacia. Primer destino: Colmar. Tardamos una hora y pico en llegar. Damos un paseo por el centro de la ciudad, tiene mucho encanto. Aunque las tiendas están cerradas porque es domingo, hay bastante gente por las calles. Visitamos la Petit Venise. Nos gusta mucho, pero hace un calor de muerte y estamos reventados, así que nos sentamos en una terraza a tomar algo fresco y descansar los pies.
Decidimos que de todos los pueblos que tenemos marcados, sólo vamos a visitar dos, los que leímos que eran más bonitos: Riquewihr y Ribeauvillé. Lo mismo nos dejamos algún otro sin ver que merezca la pena, pero es imposible alargar más el día.
Paramos en Riquewihr. Hay unas mesas, música y una barbacoa haciendo salchichas sin parar a la entrada del pueblo, parece una feria. Tomamos la calle principal y la verdad es que es un pueblecito de cuento, muy bonito, quizá un pelín artificial, muy orientado al turismo. Todo está lleno de bares, restaurantes, tiendas y, por supuesto, gente por todas partes. Aún así, creo que merece la pena la visita. A mí personalmente me ha gustado mucho. Damos un paseo por todo el pueblo, hacemos un millón de fotos y seguimos hacia Ribeauvillé, que está a unos 5 kilómetros. También es muy bonito, del mismo estilo, quizá un poco más tranquilo.
Son casi las 8 de la tarde y emprendemos nuestro camino de vuelta. Llegamos a Gengenbach sobre las 9, cansadísimos después de un día de mucho coche y pateo. Menos mal que nos espera una cena rica rica. 




Vacaciones a la vista: preparativos
Llegada a la Selva Negra
Primer contacto:  Schiltach, Alpirsbach, Freudenstad, Mummelsee y Baden-Baden
Gutach, Triberg y Friburgo
Cataratas del Rin, Gutach y Lago Titisee
Estrasburgo
Todtnau, monte Feldberg y Alsacia
Heidelberg
  

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