miércoles, 19 de febrero de 2014

Volvería todos los días


Llevo varios días que me vienen a la cabeza recuerdos de viajes, paseos por el campo, bulliciosos centros de ciudades extranjeras… y he llegado a la conclusión de que lo que me pasa es que tengo ganas de irme de vacaciones ;) Vaya novedad.

Uno de los viajes que recuerdo con  más cariño, aunque todos los lugares que hemos visitado me han encantado, es el de Noruega. Revisando el diario del viaje, me han entrado unas ganas tremendas de compartir un día en concreto, la famosa excursión al Preikestolen. A todo el mundo le hablo de este lugar y es posible que penséis que soy una pesada, pero este rincón del mundo me cautivó y estoy segura de que no voy a volver a ver nada parecido nunca.

Os dejo lo que escribimos sobre aquel día para el foro Los Viajeros, de donde nosotros sacamos gran parte de la información para nuestros viajes y donde nos gusta compartir nuestra experiencia para ayudar a otros viajeros. Y más abajo, el pedazo de vídeo que se curró Pablo, que no me canso de verlo:


“DÍA 2 - PREIKESTOLEN

Tomamos el ferry de las 9 rumbo a Tau. El trayecto dura una media hora. En cuanto bajamos del barco, está esperando el autobús de Tide para llevarnos al comienzo del sendero que lleva al Preikestolen. Llegamos sobre las 10:30 y comenzamos la excursión. Tomamos el sendero perfectamente indicado, no tiene pérdida, y vamos siguiendo las T rojas hasta llegar a la impresionante roca. Hemos tardado casi 2 horas, con algunas paraditas para hacer fotos. El ascenso no es difícil, pero no es un simple paseo por el campo, hay que subir por un camino lleno de rocas, bastante abrupto en algunas zonas, aunque creo que puede hacerse sin problemas sin ser un gran deportista. Hacen falta ganas y unas buenas botas de montaña.

Además, una vez arriba se te olvida el dolor de piernas, el paisaje es increíble, el fiordo precioso y la roca imponente. Asomarse a la orilla impone una barbaridad, cuelgo las piernas para hacerme una foto y me sube un cosquilleo por el estómago…. Sencillamente impresionante.

En la bajada tardamos algo menos, una hora y cuarenta minutos, y de nuevo el autobús de Tide esperando para recoger a los exhaustos excursionistas (empezamos a darnos cuenta de la puntualidad absoluta de los noruegos, el transporte público cumple con los horarios a rajatabla). Llegamos a Stavanger a las 16:20. Ha sido un día duro e intenso, pero ha merecido la pena, lo hemos pasado genial.“




Subida al Preikestolen from pamaesfer on Vimeo.

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